SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ
(1850 – 1897)
(1850 – 1897)
Nació
en Santo Domingo. Fue poeta y pedagoga. Todavía se le considera como la figura
central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX y también
innovadora de la educación femenina en su país.
Fue
hija del también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza. Sus primeras
lecciones las tomó de su madre Gregoria Díaz. Más tarde su padre la llevó de la
mano en la lectura de los clásicos, tanto españoles como franceses. Debido a
ello, la joven Salomé alcanzó una educación y formación intelectual y literaria
que ayudaría a codearse con el mundo literario de su país a los quince años. Se
casó con el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal.
A
los 20 años casó con don Francisco Henríquez y Carvajal. Les nacieron cuatro
hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Su tercer hijo, Max,
llegaría a ser una de las lumbreras humanísticas más destacadas de la América
Hispana en el siglo XX.
Alentada
por su esposo, en 1881 instituyó en la Isla el primer centro femenino de
enseñanza superior, nombrada Instituto de Señoritas. A los cinco años de su
iniciación, se diplomaron las primeras seis maestras normales.
Publicó
sus primeros poemas a la edad de 17 años. Su estilo nítido y espontáneo se
manifiesta muchas veces lleno de ternura, como ocurre en El Ave y el Nido, en otras se vuelve trágico, como En horas de angustia y otras veces su verso se torna viril
y patriótico como en A la
Patria y en Ruinas. La poetisa cantó a su patria, a su panorama
hermoso, a sus hijos, a su esposo, a las flores, a la isla misma, como ocurre
en La llegada del invierno.
Murió
relativamente joven a la edad de 47 años, debido a la tuberculosis.
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